el viejo que
pasea su carrito por
el parque vendiendo helados
todos los días
por el resto de su vida
se condena a ser una mera
anécdota en las nuestras
una anécdota que
ni siquiera él o nosotros
recordaremos
nos iremos felices cada uno
por su lado
el con su moneda
yo con mi helado
y no lo recordaré
ni él a mi
probablemente -pienso- su hijo
heredará el negocio
¿qué heredará el mío?
1 comment:
el gusto por los helados de carrito.
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