solidaridad a mil

no es la velocidad, sino el precio: las grandes empresas lavando su imagen, el estado y su aparato represor a través de las normas y la hegemonía cultural desde las escuelas enseñando a los niños cómo deben ser solidarios con sus pares a través de grandes campañas televisivas, donando los pesos en los supermercados para dejar de deducir impuestos, ley de donaciones, nadie sabe cuánto se dona, pero nos obligan a ser solidarios, nos obligan a donar para la teletón y la oferta televisiva que sale al mundo en formato de programa shoy con pirotecnia humilde, la señora se enjuga las lágrimas cuando el cabro chico aprende a caminar y cuando el gerente de la multinacional dona 2 mil millones de pesos, pucha qué es bueno se dicen, pucha que donó harto, llegeremos a la meta? sí llegaremos. Obvio que llegaremos, la meta no es la plata, es unir a los chilenos, es hacerlos bien juntos, el pobre abraza al rico, unidos todos por una misma causa, qué solidarios que somos para dar una luca al año, para unirnos en tiempos de catástrofe, y quien reparte la torta? quien dice qué para quién? cuánto? dónde? no importa, seamos solidarios, pasamos la meta, nos abrazamos y ahora, volvamos a nuestra vida, que no nos importe nada ni nadie salvo nuestros propios pescuezos, no demos el asiento, no cedamos, sigamos atropellándonos, sigamos aserruchando pisos, engañando a nuestros amigos, vendiendo a nuestra madre, a nosotros mismos, sigamos siendo solidarios, chitas que somos bonitos, chitas que somos buenos, solidarios, todo el país se va a ir al cielo, estamos listos....ay la hipocresía maquillada de bondad