Como soy un joven que integra las estadísticas de la cesantía en Chile y que, además no quiere ser un dato nada más, he decidido firmemente a encontrar trabajo en lo que sea. En lo que sea y son enfático en eso. Pues bien, todos los domingos me levanto relativamente temprano y me dirijo al quiosco más cercano para comprar el mercurio. Pago los $700 y me voy con mi enorme ejemplar para la casa y como soy un lector ansioso, me lo leo enterito, hago el puzzle y me pongo a buscar pega.
He encontrado muchos trabajos que posiblemente me interesan, pero nada tienen que ver con lo que estudié, pero a estas alturas da lo mismo y tratándose de trabajo y dinero la ecuación es sencilla. He asistido a muchas entrevistas sin resultados favorecedores, es decir, todavía no encuentro pega y no tengo plata ni para comprar cigarros.
El caso es que de tanto buscar se me ha pegado un poco la jerga de los avisos clasificados. Esa forma de querer decir mucho en pocas palabras y me he fijado en los requisitos que se necesitan para encontrar el trabajo de tus sueños (ja!) La mayoría coinciden en pedir jóvenes dinámicos, proactivos, con deseos de superarse y de ser empático, jovial, etc, etc etc. Eso lo puedo entender. Son los valores universales de una sociedad tremendamente aspiracional e individualista que se basa en la ley del esfuerzo para conseguir lo que se quiere. Es una suerte de american dream a la chilena, y como todo lo que es siempre “a la chilena”, es malo. Así de simple. Sin embargo, hay algo que me tiene muy sorprendido. Lo que no he podido entender es un requisito que se está pidiendo ahora último para ciertos tipos de trabajos: “tolerancia al fracaso”. Cuando lo leí me fui de raja, así nomás. Tolerancia la fracaso, ¡qué chucha! Lo hablé ayer con un amigo porque de verdad me dejó plop que como requisito para trabajar te pedían ser tolerante a algo que es intolerante per se. Nadie puede tolerar el fracaso, es duro, es difícil. Cuesta. Imagínense a esos pobres tipos asumiendo que su trabajo es intrínsecamente fracasado, que te encuentras con el fracaso todos los días y que a fin de mes te dan tu sueldo por una pega en donde lidias con el fracaso a diario. La sociedad asume que existe la dualidad éxito/fracaso y que debes ser exitoso sea como sea en el campo que fuere. Debes ser tolerante a eso y girar en medio de esos dos ejes. No hay más. El fracaso no es algo personal, que uno pueda evaluar. No. Es algo objetivo. Socialmente aceptado como posibilidad. Dicen: “lo siento, has fracasado, pero debes tolerar eso, así es la cosa. No es para tanto”.
Yo sé que no soy alguien que ha triunfado en la vida y que no soy exitoso para nada (todavía no salgo de la universidad y ya llevo como 7 años), no le he ganado a nadie, y creo que he fracasado en muchas empresas en las que me he embarcado. Cuando era más chico hasta creía que se podía y se debía hacer la revolución, ¡cacha el nivel! Obviamente me di cuenta que la izquierda chilena vale hongo. En fin. Podría decir que soy alguien que ha fracasado mucho, pero no estoy dispuesto a trabajar en algo así jamás. No soy tolerante al fracaso. A nadie le gusta fracasar. Es duro, duele, es difícil, uno no se acostumbra a eso. Es como vivir siendo pateado, nada que ver. Se pasa mal.
Hay que ser feliz, hacer cosas felices, si haces cosas tristes, te conviertes en una persona triste, consumida por su propio fracaso al que, incluso, crees tolerar, pero sabes en fondo, que no es así.
¡Nunca toleraré el fracaso!
¡y no vayan a esos trabajos!
2 comments:
yo tampoco soy tolerante al fracaso, yo creo que ninguna persona normal debería serlo.
nadie
nobody
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